La lectura del tarot se enmarca en la creencia de que las cartas pueden ser usadas para comprender situaciones actuales y futuras del consultante. Algunos creen que las cartas son guiadas por una fuerza espiritual como guía, mientras otros creen que las cartas los ayudan en introducirse a un inconsciente colectivo. Uno de los métodos más utilizados son las tiradas; entre las más populares se encuentra la tirada en forma de la Cruz Celta.
Es conveniente destacar el carácter netamente subjetivo que tiene consultar cualquier situación mediante la tirada de cartas de tarot, dado que esta consulta variará entre un tarotista y otro, lo que hace imposible hacer una descripción científica del sistema utilizado, y que ha llevado a pensar a algunas personas que el tarot es completamente ineficaz. Objetivamente, consiste en voltear un número de cartas que previamente han sido barajadas al azar y repartidas en un cierto orden boca abajo, y darle una interpretación (valor o significado) a cada carta de acuerdo a la posición relativa en la que esté en la mesa y en relación con las cartas adyacentes, por tanto las cartas en sí mismas no pueden «decir» algo respecto de un sujeto en particular, ya que es el tarotista quien las interpreta. La complejidad de establecer el significado de una carta en relación con las otras hace que su interpretación sea siempre distinta entre una tirada y otra, convirtiéndola en un verdadero arte. Así mismo esta complejidad interpretativa hace, en muchos casos, que sea imposible para algunos tarotistas aficionados o amateurs poder «predecir» hechos futuros o dar respuestas coherentes a un consultante.